Oracion personal para el franciscano



La oración personal nos permite hablarle a Dios, en un tono tan íntimo, como lo pudiéramos tener en la conversación con el mejor de los amigos. Esto lo sabía San Francisco. Dios padre, que siempre estaba presente en su vida, lo acompañaba y lo guiaba en los momentos más difíciles. Francisco le abría su alma al Señor, ya le adoraba, ya le daba gracias, ya le pedía ayuda... y esperaba también una respuesta. El franciscano sabe buscar ese equilibrio entre dialogar con su Creador, y aguardar silencio (como Francisco ante el Crucifijo de San Damián) para así poder escuchar Su respuesta.

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