Francisco predicando a las aves 1788



La predicación a las aves es uno de los pasajes más populares de la vida de San Francisco, presente en la biografía de Celano (cap. XXI, 58) que narra un suceso ocurrido cerca de Menavia, en el valle de Espoleto, según el cual San Francisco se dirigió a las aves alabándoles la bondad divina en relación a su existencia, tema que ha permitido al pintor representar una gran cantidad de aves en el cuadro. 

Alguna de las más interesantes se encuentra en el árbol de la izquierda, en la rama más gruesa que nace hacia la derecha, encima de los jilgueros y golondrinas que están posados en la ramilla. Esta rama se bifurca en dos, la que va hacia más abajo, tiene posados dos ejemplares de tórtola turca, muy grandes en proporción con la especie real. 

No hay ningún dato de que hubiera tórtolas turcas en la península ibérica en tiempos del artista, y se desconocen los modelos utilizados por el artista para su representación. Se piensa que quizás se criasen como aves de jaula, o que fueran el recuerdo de un viaje, o la copia de una lámina. Esta especie ha sido avistada por primera vez en España, en Asturias, en 1960. 

En la base del árbol, en primer plano, destaca un águila real, y detrás una cigüeña común. A la izquierda de su blanco lomo una urraca y encima de ella sobre una rama corta una perdiz roja y un pequeño pájaro amarillo que parece una lavandera boyera. Encima de esta pareja, una ramita cruza por delante del tronco hacia la derecha. En esa ramita, más o menos a la altura de la mano derecha del santo hay tres jilgueros, -los de la frente rojiza-, y tres golondrinas, -las de la cola ahorquillada-, además de una posible tarabilla común que tiene el pecho rosado.

Bajo la mano derecha del santo, apreciamos una avefría blanca de collar negro, mientras que una pareja de palomas se apoya en su muslo. Detrás del santo una pareja de estorninos pintos, oscuros y con manchitas. El pajarillo rojo y negro de abajo tiene una mancha blanca en la cabeza muy típica y es, por ello, un colirrojo real. En el suelo, junto al sombrero hay una pareja pequeña rojinegra, que es la más cercana al santo y que son dos camachuelos. Junto a ellos, más grande y con la espalda blanquinegra, hay una gran abubilla. Los siguientes, con el cuello rojizo y una cresta, son una pareja de somormujos lavancos. El último de la derecha no puede identificarse con total seguridad, si bien el parche ocular rojizo parece el propio de un ganso del Nilo. Óleo sobre lienzo 1788.

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