Por que fue tan importante el Crucifijo de San Damián en la vida de San Francisco
Todos los biógrafos de san Francisco de Asís relatan que el joven Francisco entró un día en la capilla de San Damián, en la campiña de Asís, se puso a orar con fervor ante el Crucifijo, y éste le dijo: «Francisco, ¿no ves que mi casa se derrumba? Anda, pues, y repárala» (TC 13c; cf. 2 Cel 10a; LM 2,1a; Lm 1,5).
¿Qué importancia debe atribuirse a este acontecimiento? Cuando Francisco dicta poco antes de morir su Testamento, empieza recordando los inicios de su conversión, pero nada dice de la intervención de Dios en la iglesita de San Damián; en cambio, recuerda que el Señor mismo le condujo en medio de los leprosos (Test 2). Hubiera podido añadir: «El Señor me ordenó restaurar la capilla de San Damián», pero no lo añadió. Aparentemente, el acontecimiento sería poco importante para Francisco.
En cambio, los primeros biógrafos atribuyen mucha importancia al encuentro de Francisco con el Cristo de San Damián, y no vacilan en afirmar que desde aquel día Francisco llevó ya en su corazón las llagas que llevaría impresas en su cuerpo al final de su vida.
Todos los biógrafos posteriores recuerdan y repiten esta afirmación, sin ponerla en tela de juicio. Recientemente, varios investigadores1 han aportado algunos matices a las afirmaciones de Celano y Buenaventura. Esto no ha impedido que los biógrafos sigan repitiendo lo mismo que a lo largo de siglos escribieron sus predecesores sobre este punto, como si fuera algo evidente.
EL CRUCIFIJO DE SAN DAMIÁN Y FRANCISCO DE ASÍS
Fr. Jean de Schampheleer, OFM.
Comments
Post a Comment