Cristo en la cruz por Lorenzo Monaco
Cristo en la cruz con los santos Benito, Francisco y Romualdo, de Lorenzo Monaco (1405 y 1407)
Lorenzo Mónaco fue un pintor y miniaturista de Siena del gótico tardío al Renacimiento temprano, activo principalmente en Florencia. Nació Piero di Giovanni. Poco se sabe sobre su juventud, aparte de que fue aprendiz en Florencia. Ha sido considerado el último exponente importante del estilo Giotto, antes de la revolución renacentista que llegó con Fra Angelico.
Se formó en la misma tradición que Giotto, quien fue una gran influencia para él. Posteriormente trabajó con Gaddi en la pintura de la predela del retablo de la Capilla Nobili de Santa Maria degli Angeli.
En 1390 ingresó como novicio en el monasterio camaldulense de Santa Maria degli Angeli, donde emitió sus votos en 1391. Aquí trabajó durante mucho tiempo como iluminador en el scriptorium y como pintor de tablas, consagrándose en ese momento como el mayor pintor de temas sagrados de Florencia. Los tres corales de la Biblioteca Laurenciana datan de la última década del siglo XIV y, cuando fueron ejecutados para su propio monasterio camaldulense, ya se percibe un estilo personal, caracterizado por un linealismo tenso y una gama cromática fría.
Sus obras, en general, mostraban imágenes con un fuerte valor espiritual, alejadas de la realidad, donde los elementos profanos y naturalistas suelen estar casi completamente ausentes. Los numerosos encargos que recibió le llevaron a solicitar en varias ocasiones dispensas para abandonar el monasterio, que eran concedidas periódicamente por sus superiores, pero Lorenzo nunca olvidó su condición monástica.
Las obras de Lorenzo siguieron siendo populares en la década de 1420, como lo atestiguan los numerosos encargos que recibió. La calidad pictórica sigue siendo muy alta, con un uso original de la línea de contorno, que crea uno de los resultados más imaginativos de toda la pintura florentina.
En esta escena, el trío de Santos expresa su adoración a Cristo en la cruz, quien es la figura central. Una gran cantidad de sangre se derrama de sus brazos y la herida en su costado derecho también sangra profusamente. San Francisco, consumido por el amor, abraza la cruz, tal como tradicionalmente se le representa en muchas otras representaciones como ésta.
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