San Francisco y el Niño

San Francisco solía meditar en todos los misterios de Jesús, incluyendo el que envuelve a su venida al mundo. Le conmovía la humildad de su Encarnación, al punto en que, como escribió Tomás de Celano, pidió en Greccio se hiciera una representación.

"Deseo celebrar la memoria del Niño que nació en Belén y quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que sufrió en su invalidez de niño"

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