Bendicion de San Francisco
En el Santuario de Della Verna, hay una capilla conocida como la capilla de la cruz al final del corredor de los estigmas. Dicha capilla fue construida en el lugar donde, según la tradición, se encontraba la pequeña cabaña que Francisco habitó. También se la conoce como "la segunda celda de San Francisco". En esta cabaña tuvieron lugar diversos milagros, todos narrados por las fuentes más antiguas de la tradición franciscana.
Es muy probable que haya sido el lugar donde Francisco compuso las Alabanzas del Dios Altísimo y donde escribió la Bendición para Fray Leon.
La capilla de la cruz fue construida a fines del siglo XIII, simultáneamente con la capilla del estigma, pero sufrió varias transformaciones a lo largo de los siglos. Allí se puede ver una imagen expresiva de San Francisco con un libro abierto y un halcón a su lado, obra de Juan Collina Graziani (1887).
En la puerta que da acceso a la capilla del estigma hay un bajorrelieve en mármol que representa la impresión de las llagas. Se realizó a fines del siglo XIII y desde 1529 hasta 1924 ocupó el sitio central de la capilla del estigma, donde, según la tradición, se produjo el fenómeno de la estigmatización. Una observación cuidadosa permite ver las huellas producidas por las monedas que los devotos dejaron caer.
El hermano León acompañó a San Francisco en el Monte Alerna cuando recibió los estigmas, dejando un relato claro y simple del milagro.
La bendición de San Francisco, también conocida como el autógrafo al hermano León, dado y recibido en el actual Santuario de Alverna, como un talismán contra la tentación, y que aún se conserva en S. Francisco en Asís.
También incluye el texto de una carta escrita por el santo a León, unas palabras de tierno aliento y consejo para el "Frate Pecorello di Dio" (hermano pequeño oveja de Dios) como el Santo había nombrado a su fiel discípulo debido a su simplicidad y ternura.
«El Señor te bendiga y te guarde;
te mire con amor y tenga misericordia de ti.
Vuelva a ti su rostro y te conceda la paz.
El Señor te bendiga, hermano León.»
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