Padre Pio y el lobo de Gubbio
Padre Pío y el lobo de Gubbio, del artista irlandés André Durand (1998). Óleo sobre lienzo.
La obra representa la historia del lobo de Gubbio, dada a conocer en las Florecillas de San Francisco, lo que hace que esta escena sea habitual y originalmente asociada con San Francisco de Asís. André Durand recontextualiza esta escena familiar, supliendo la figura central, con la imagen del Padre Pio.
Ambos santos son conocidos por la presencia de sus estigmas, mientras que el lobo de Gubio nace de la leyenda medieval que narra como San Francisco amansa a un lobo que solía aterrorizar a la ciudad de Gubbio, logrando que al final, los habitantes alimentaran al animal a cambio de paz.
Durand es conocido por sus pinturas alegóricas y su uso de figuras icónicas para reflexionar sobre diversos temas. Al fusionar al Padre Pío con esta leyenda, el artista probablemente busca explorar temas de santidad, milagros, reconciliación entre la naturaleza y la humanidad, o la continuación de la compasión franciscana en la era moderna.
El Padre Pío interactúa alegremente con el lobo, reconociendo el triunfo pacificador de San Francisco, reflejando el mensaje de la historia original.
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