Crucifixion por Giotto
La Crucifixión es un fresco de Giotto y colaboradores, que data alrededor de 1308-1310 y se conserva en el crucero derecho de la basílica inferior de Asís. Creada junto con los Relatos de la Infancia de Cristo en la bóveda del crucero, es probablemente la escena en la que mayor participación del maestro.
El estilo artístico de Giotto es evidente en esta obra, ya que utiliza una técnica de pintura que se caracteriza por la precisión y la atención al detalle. La composición de la pintura es impresionante, ya que Giotto logra crear una sensación de profundidad y movimiento en la escena.
Sobre el fondo de un intenso cielo ultramarino, la Cruz de Cristo, cuerpo está representado con una gran precisión y realismo. Su figura se eleva en el centro de la escena, rodeada de ángeles desesperados, formando un todo simétrico.
Al pie de la Cruz, Magdalena besa los pies sangrantes de Cristo, mientras que a los lados aparecen dos grupos de figuras. A la izquierda, la Virgen se desmayó entre las mujeres piadosas, San Juan y dos de las Marías: llaman la atención los gestos de desesperación de estas figuras con los brazos ahora levantados y unidos a la barbilla, ahora bien abiertos detrás de la espalda, ahora levantados con las palmas abiertas.
En el grupo de la derecha están los paganos y judíos que dan la espalda a Cristo (las figuras más débiles de la escena, asignadas al Maestro de los Velos), que tienen como contrapeso a cinco franciscanos arrodillados. Estas tres figuras destacan por el expresivo crescendo en el giro de las manos y las miradas hacia Cristo crucificado, culminando en la figura de San Francisco, con la aureola. También es interesante la variación de los perfiles, desde San Buenaventura (el primero a la derecha, con la aureola), hasta Francisco que está dispuesto más diagonalmente, en una vista más compleja. Los tres de la primera fila están tan caracterizados físicamente que hacen pensar en retratos reales.
La figura de Cristo recuerda fielmente el Crucifijo de Padua, con la extrema dulzura del modelado, el refinamiento cromático del cuerpo blanco lechoso, marcado por los signos de flagelaciones y golpes, y el refinamiento del taparrabos semitransparente. Los ojos están apagados, pero aún no están completamente cerrados.
El color también juega un papel importante en esta obra. Giotto utiliza una paleta de colores ricos y vibrantes para crear una sensación de drama y emoción en la escena. Los tonos rojos y dorados en la túnica de Cristo contrastan con el azul profundo del cielo y el verde oscuro de la colina detrás de la cruz.
La historia de la pintura es fascinante. Fue encargada por la familia Bardi, una de las familias más ricas de Florencia en el siglo XIV, para su capilla privada en la iglesia de Santa Croce. La pintura fue una de las primeras en representar la crucifixión de una manera realista y emotiva, y tuvo un gran impacto en la historia del arte.
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