Alter Christus

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El Poverello de Asís a menudo se llama el Espejo de Cristo, porque él era como otro Cristo (alter Christus) presente entre nosotros. San Francisco fue un verdadero cristiano, "como Cristo" hasta la médula.

San Francisco como Cristo, Cristo como San Francisco

La diferencia entre Cristo y San Francisco fue la diferencia entre el Creador y la criatura; y ciertamente ninguna criatura fue tan consciente de ese contraste colosal como el mismo San Francisco. Pero sujeto a esta comprensión, es perfectamente cierto y es de vital importancia que Cristo fuera el patrón en el que San Francisco intentó formarse; y que en muchos puntos sus vidas humanas e históricas fueron incluso curiosamente coincidentes; y, sobre todo, que, en comparación con la mayoría de nosotros, al menos San Francisco es una aproximación muy sublime a su Maestro y, aun siendo un intermediario y un reflejo, es un Espejo de Cristo espléndido y, sin embargo, misericordioso.

Si San Francisco era como Cristo, Cristo era hasta ese punto como San Francisco. Y mi punto actual es que es realmente muy esclarecedor darse cuenta de que Cristo fue como San Francisco. Lo que quiero decir es esto; que si los hombres encuentran ciertos acertijos y dichos difíciles en la historia de Galilea, y si encuentran las respuestas a esos acertijos en la historia de Asís, realmente muestra que se ha transmitido un secreto en una tradición religiosa y no en otra. Muestra que el ataúd que estaba bloqueado en Palestina se puede desbloquear en Umbría; porque la Iglesia es la guardiana de las llaves.

La hermana luna es más fácil de contemplar que el hermano sol

Ahora en verdad, aunque siempre ha parecido natural explicar a San Francisco a la luz de Cristo, a muchas personas no se les ha ocurrido explicar a Cristo a la luz de San Francisco. Quizás la palabra "luz" no sea aquí la metáfora adecuada; pero la misma verdad se admite en la metáfora aceptada del espejo. San Francisco es el espejo de Cristo más bien como la luna es el espejo del sol. La luna es mucho más pequeña que el sol, pero también está mucho más cerca de nosotros; y siendo menos vívido es más visible. Exactamente en el mismo sentido, San Francisco está más cerca de nosotros, y ser un simple hombre como nosotros es, en ese sentido, más imaginable. Siendo necesariamente un misterio menor, para nosotros no abre tanto la boca en misterios.

Sin embargo, de hecho, muchas cosas menores que parecen misterios en la boca de Cristo parecerían meras paradojas características en la boca de San Francisco. Parece natural releer los incidentes más remotos con la ayuda de los más recientes.

Es obvio decir que Cristo vivió antes del cristianismo; y se sigue que como figura histórica. Es una figura en la historia pagana. Quiero decir que el medio en el que se movió no era el medio de la cristiandad sino el del antiguo imperio pagano; y solo por eso, sin mencionar la distancia del tiempo, se deduce que sus circunstancias son más ajenas a nosotros que las de un monje italiano como las que podríamos conocer hoy en día. Supongo que el comentario más autorizado difícilmente puede estar seguro del peso actual o convencional de todas sus palabras o frases; ¿Cuál de ellos habría parecido una alusión común y cuál una extraña fantasía? Este entorno arcaico ha dejado muchos de los dichos como jeroglíficos y sujetos a muchas y peculiares interpretaciones individuales.

Sin embargo, es cierto en casi cualquiera de ellos que si simplemente los traducimos al dialecto umbro de los primeros franciscanos, parecerían cualquier otra parte de la historia de los franciscanos; sin duda en un sentido fantástico, pero bastante familiar.

¡San Francisco, ruega por nosotros!

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