Novena a Nra Sra de los Angeles dia 1
INVOCACIÓN
Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno que acuda a tu protección, implorado tu socorro y reclamado tu asistencia haya sido abandonado. Con esta confianza a ti nos dirigimos, oh Virgen de las vírgenes; y gimiendo bajo el peso de nuestros pecados, nos postramos a tus pies. Oh Madre del Verbo, no desprecies nuestras súplicas, antes bien escúchalas y acógelas benignamente. Amén.
ORACIÓN INICIAL
Oh Soberana Reina de los Ángeles, Madre amorosa de la Familia Franciscana que te dignaste en interceder para que San Francisco obtuviera la Indulgencia Plenaria de la Porciúncula, te damos gracias por este y por todos los innumerables beneficios recibidos por tu intercesión poderosa y te suplicamos que nos protejas en todos los momentos de nuestra vida, sobre todo cuando nos aflijan las preocupaciones; a esa hora, Oh Virgen y Madre de Dios, socórrenos desde el cielo con amor de Madre y con esplendidez de Reina. Vela por los hijos de San Francisco, Oh Reina Soberana de los Ángeles por amor a Cristo, Nuestro Señor. AMEN.
DIA PRIMERO
¡Amable Reina de los Ángeles! Postrados humildemente a tus pies, te rendimos sincero homenaje, y con profunda admiración te admiramos rodeada de ángeles; gozosos pensamos en la altísima dignidad que se te ha otorgado Madre mía, en premio de tu excelencia y humildad. Tu pureza y tu amor encantan nuestras almas y las llenan de espirituales consuelos.
Ven en auxilio mío y de mis hermanos, ilumínanos, y apártanos de todo mal.
Dígnate escuchar nuestros ruegos con la misma bondad con que en otro tiempo, recibiste las suplicas de nuestro padre san Francisco y acéptalos, como continuación de su seráfico amor.
Y puesto que mandas a los Santos Ángeles, te pedimos les encargues que velen sobre la humanidad descarriada para guiarla por el camino de la santa Iglesia de Jesucristo, para que todos puedan conseguir la salvación eterna y se forme un solo redil bajo el manto de un solo Pastor.
ORACIÓN FINAL
¡Oh Gloriosa Santa María de los Ángeles! Madre de Dios y Madre nuestra, a ti acudimos con toda confianza pidiendo que nos escuches. Desde tu trono, tierna Madre, rodeada de Ángeles baja a nosotros tu mirada.
Consuela nuestras almas, ruega por tus hijos pecadores, por las almas del purgatorio, y por todos los enfermos, consiguiéndoles la salud o la resignación cristiana.
Guárdanos bajo tu manto, protégenos del enemigo y por amor a tu Divino hijo, obtennos la eterna salvación y la gracia que humildemente pido.
(PÍDASE LA GRACIA QUE SE DESEA)
Se hace un ofrecimiento libre que puede ser un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Pero para el Franciscano es preferente hacer alguna obra de caridad como obsequio a la Virgen.
JACULATORIA
¡Reina de los Ángeles, Ruega por nosotros! Amén.
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