Novena a Santa Isabel dia 8
PIADOSA NOVENA EN HONOR DE SANTA ISABEL DE HUNGRÍA
PATRONA DE LA VENERABLE ORDEN TERCERA DE NUESTRO PADRE SAN FRANCISCO DE ASÍS
Librería de Ch. Bouret
México, 1906
Hecha la señal de la Santa Cruz y un fervoroso acto de contrición, se dirá lo siguiente:
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Gloriosa y excelsa Santa Isabel, reina de Hungría, que en el trono en el que os había colocado el Señor, hicisteis brillar todas las virtudes del cristianismo, y en el espacio de vuestra corta vida de veinticuatro años, os elevasteis al mas alto grado de la perfección, siendo un modelo de sencillez, de humildad, de pureza y ardiente caridad y sublime abnegación en los grandes trabajos con que el Señor se dignó probaros, dignaos ser la celestial amiga de nuestras almas y ayudarnos a que estas se hagan dignas de la misericordia del Señor.
Volved hacia nosotros desde lo alto de los cielos, una de esas miradas que sobre la tierra curaban las más crueles enfermedades de los hombres, a cuya curación, con tanta caridad os consagrasteis, ya cuando estabais sobre el espléndido trono de Hungría, ya cuando triste y abandonada de todo, pasabais vuestra santa vida en la pobreza y la soledad. Haced que nosotros, que vivimos en un siglo sombrío, frío e indiferente, nos iluminemos con vuestra santa luz, reanimemos nuestra caridad en el hogar de vuestro amor, y alcancemos por vuestra poderosa intercesión, la paz del alma y lo que os pedimos por medio de esta santa novena, si ha de ser para bien de nuestras almas, y mayor honra y gloria de Dios.
¡Bendita seáis, excelsa reina, gloriosa Isabel, por tantas preciosas lágrimas como en vida os hicieron derramar vuestras penas, por vuestra paciencia, por vuestra caridad y vuestra angelical sencillez que llenaron vuestra triste y agitada vida! Bendita seáis por siempre, y dignaos bendecir a vuestra vez a los que humildemente hoy venimos a implorar vuestra poderosa intercesión, para que nos alcance la misericordia de Dios. Amén.
Se rezan tres Padres nuestros, tres Aves Marías y Glorias en honor de la gloriosa santa, después se hace la petición, y luego la oración del día:
DÍA OCTAVO
ORACIÓN
Gloriosa Santa Isabel, reina de Hungría, compadecido Dios de tantos trabajos y de la heróica constancia y fortaleza con que los padecías, hizo que el rey Enrique os devolviese vuestra dote y vuestros bienes, los que solo aceptasteis para distribuir con los pobres de Cristo. Os consagrasteis a la Orden Tercera de San Francisco, y al entrar en ella con vuestras hijas, ofrecisteis a Dios, el nuevo Esposo de vuestra alma, un recuerdo de vuestra vida conyugal. Era el vestido de boda que llevasteis el día de vuestro matrimonio con vuestro querido esposo. Pocos años debían pasarse sin que vuestro nombre, joven viuda, que humilde ofrecíais vuestras ultimas galas en la Orden naciente del Serafín de Asís, llenase el mundo de su gloria y la mano del Vicario de Dios, lo escribiese en el cielo. A Vos invocamos vuestros devotos desde la tierra, esperando deis alivio a nuestros males, y nos alcancéis del Señor después, la eterna bienaventuranza. Amén.
GOZOS
Reina Isabel, que en el trono tuviste caridad tanta,
R/: Ampara a los que te invocan,
Escucha nuestras plegarias.
Una corona real
Fue a tu frente preparada,
Mas en corona de espinas,
Presto la viste trocada
Del rey de Turingia a esposa
Por tu padre destinada,
A la edad de cuatro años
Fuiste con él, desposada.
La corte del rey Sajón,
De tu humildad se burlaba,
Porque vestir no querías
Modesta, esplendidas galas,
Robarte el amor intentan
Del rey Luis sus hermanas,
Dios sobre el trono te eleva,
Y su esposa el rey te llama.
Reina excelente y esposa,
Humilde, prudente y casta,
Ejemplo eras de la corte
Modelo de la Alemania,
Tres hijas, te dio el Señor,
Que en la virtud educabas.
Bendiciones derramando
En tu excelsa augusta raza.
Cuando a lidiar por la cruz,
Fue tu esposo a Tierra Santa,
Al despedirse de ti
Tu corazón se desgarra,
Allí por su Dios murió
Dejándote abandonada
Al odio de su familia,
Que tu virtud detestaba.
Lanzada de tu palacio
A mendigar obligada,
Un asilo con tus hijas
Te da la orden franciscana,
Allí tu propio alimento
Con tus regias manos ganas,
Volver rehusando a la corte
Do el rey tu padre te llama.
Al devolverte la dote
El que tu trono ocupaba,
Entre los pobres de Cristo
Tu caridad la derrama,
Dios premió tanta virtud
Y resignación tan santa,
Alzándote a mejor trono
En su celestial morada.
Reina Isabel, que en el trono
Tuviste caridad tanta,
R/: Ampara a los que te invocan,
Escucha nuestras plegarias
PRECES
Santa Isabel, madre nuestra R/: Ruega por nosotros
Consagrada al servicio de Dios desde la infancia R/: Ruega por nosotros
Fiel esposa de Jesucristo R/: Ruega por nosotros
Devotísima de la Virgen María R/: Ruega por nosotros
Émula y digna hija de nuestro Padre San Francisco R/: Ruega por nosotros
Adornada de todos los dones celestiales R/: Ruega por nosotros
Animada de fuerza y de constancia R/: Ruega por nosotros
Madre nutricia de los pobres y huérfanos R/: Ruega por nosotros
Servidora de los pobres y de los enfermos R/: Ruega por nosotros
Cruelmente perseguida por los parientes y vasallos R/: Ruega por nosotros
Ilustre por virtudes y milagros R/: Ruega por nosotros
Favorable a todos los que te invocan R/: Ruega por nosotros
Madre ejemplar de la Orden de penitencia R/: Ruega por nosotros
L/: Ruega por nosotros, santa Isabel
R/: Para que nos hagamos dignos de las promesas de Jesucristo.
ORACIÓN
Os suplicamos humildemente, oh Dios de misericordia, nos concedáis por intercesión de Santa Isabel, la gracia de despreciar como ella los bienes perecederos de la tierra, y alcanzar los de la dichosa eternidad. Así sea.
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