Los primeros Franciscanos Seglares
Acabada su estancia en Bolonia, Francisco regresó a Florencia. Siempre que podían se detenían en casa de otros hermanos, esta vez se detuvieron en el eremitorio de Camaldoli, en donde se quedaron un mes. Este es el lugar más probable en donde se originó la Regla de los hermanos penitentes, es decir, de la Orden Franciscana Seglar, que había sido fundada apenas un año antes. La nueva orden de Francisco, para los seglares, inició en 1221, y como lo expresa el Memorial, se trata de Hermanos y Hermanas en Penitencia. (Continua leyendo después de la publicidad)
Lo más probable que la aceptación de esta nueva rama de la familia se haya determinado en el Capítulo de las esteras, que había sucedido ese año, por un común acuerdo de los ministros y de los demás capitulares que estuvieron presentes. En 1212, a raiz de la predicación de Francisco en Cannara, cuando realmente consideró el hecho de fundar una orden seglar, para la salvación universal de todos. Francisco veía la gran cantidad de personas que querían dejarlo todo y seguirle, pero que ya estaban casadas. En Italia, donde no había gran cantidad de penitentes, en 1215 hay una explosión de estos grupos, coincidiendo con la expansión de los hermanos menores.
En la Iglesia siempre han existido los penitentes, ya desde el siglo IV había pecadores públicos que buscaban la reconciliación con la Iglesia, siguiendo un itinerario de vida penitencial. Esto significaba que eran expulsados de vivir en la comunidad, utilizar el hábito de la penitencia, realizar rezos y acatar prohibiciones. Continua leyendo después de la publicidad
En tiempos de Francisco, aquellos antiguos penitentes estaban deseosos de continuar con las prácticas penitenciales, pero siguiendo nuevas características. La intención era la de reunirse en fraternidades, para cumplir un mismo propósito de vida, aceptando a personas que estuvieran casadas o solteras, pero sin romper con ellos sus compromisos familiares. En el Anónimo de Perusa leemos "tenemos esposas y familias, y no podemos abandonarlos, enséñanos pues, un camino de salvación que podamos seguir. Y entonces fundaron una orden que se llama de Penitentes, y le hicieron confirmar por el Sumo Pontífice". La Vida Primera de Tomás de Celano (de 1229) afirma que la orden de los penitentes fue el primer fruto de la predicación itinerante de Francisco y sus compañeros.
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