San Francisco Adora al Santisimo Sacramento

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San Francisco de Asís “ardía con fervor hasta la médula y con un asombro ilimitado de esa condescendencia amorosa y amor condescendiente. Consideró una falta de respeto no escuchar, si el tiempo lo permitía, al menos una misa al día. Recibió la Comunión con frecuencia y con tanta devoción que hizo devotos a otros...

            Quería mostrar una gran reverencia a las manos de los sacerdotes, ya que tienen la autoridad otorgada por Dios para realizar este misterio. Él solía decir a menudo: 'Si al mismo tiempo me encontrara con un santo que viene del cielo y un pequeño sacerdote pobre, primero le mostraría honor al sacerdote y me apresuraría a besarle las manos. Porque yo le diría al santo: “¡Mira, San Lorenzo, espera! ¡Sus manos pueden manejar la Palabra de vida y poseer algo más que humano! ”(2C 201)

En un intento por expresar su gran adoración al Santísimo Sacramento, San Francisco escribió la siguiente exhortación a sus hermanos, en su "Carta a toda la Orden":

Todo hombre tema, todo el mundo se estremezca y exulte el cielo, cuando sobre el altar, en las manos del sacerdote, está Cristo, el hijo de Dios vivo. ¡Oh altura admirable y estupenda dignación! ¡Oh humildad sublime! ¡Oh humilde sublimidad, que el Señor Dios del universo e Hijo de Dios se humille de ese modo, hasta esconderse en un pequeño trozo de pan, por nuestra salvación!

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