Tau Leyenda Mayor
«El hermano Pacífico mereció ver de nuevo en la frente de Francisco una gran Tau, que, adornada con variedad de colores, embellecía su rostro con admirable encanto. El Santo veneraba con gran afecto dicho signo: lo encomiaba frecuentemente en sus palabras y lo trazaba con su propia mano al pie de las breves cartas que escribía, como si todo su cuidado se cifrara en grabar el signo tau -según el dicho profético- sobre las frentes de los hombres que gimen y se duelen (Ez 9,4), convertidos de veras a Cristo Jesús» (LM 4,9).
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