Novena a Nra Sra de los Angeles dia 3


INVOCACIÓN

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno que acuda a tu protección, implorado tu socorro y reclamado tu asistencia haya sido abandonado. Con esta confianza a ti nos dirijimos, oh Virgen de las vírgenes; y gimiendo bajo el peso de nuestros pecados, nos postramos a tus pies. Oh Madre del Verbo, no desprecies nuestras súplicas, antes bien escúchalas y acógelas benignamente. Amén.

ORACIÓN INICIAL

Oh Soberana Reina de los Ángeles, Madre amorosa de la Familia Franciscana que te dignaste en interceder para que San Francisco obtuviera la Indulgencia Plenaria de la Porciúncula, te damos gracias por este y por todos los innumerables beneficios recibidos por tu intercesión poderosa y te suplicamos que nos protejas en todos los momentos de nuestra vida, sobre todo cuando nos aflijan las preocupaciones; a esa hora, Oh Virgen y Madre de Dios, socórrenos desde el cielo con amor de Madre y con esplendidez de Reina. Vela por los hijos de San Francisco, Oh Reina Soberana de los Ángeles por amor a Cristo, Nuestro Señor. AMEN.

DIA TERCERO

Amable Reina de los Ángeles, que recibes la admiración de todos los pueblos de la tierra por las excelsas virtudes que praticaste y por la pureza sin igual que en ti resplandece, ¡Dígnate mirar a tus hijos Franciscanos, y proveer las necesidades de nuestras fraternidades.

No nos olvides, ya que tu divino hijo ha bajado del cielo para formar del mundo un solo rebaño bajo el mando de un supremo y único Pastor, que Él puso al gobierno de su Iglesia.

En santas manos ¡Oh María! puso Dios el remedio para la salvación. Como Reina incomparable ven con tus bienaventurados ángeles, en auxilio de todos los pueblos para que por tu poderosa protección, vivamos en perfecta unión con Dios y elevemos al cielo himmos de alabanza y cánticos de gratitud por los beneficios recibidos

ORACIÓN FINAL

¡Oh Gloriosa Santa María de los Ángeles! Madre de Dios y Madre nestra, a ti acudimos con toda confianza pidiendo que nos escuches. Desde tu trono, tierna Madre, rodeada de  Ángeles baja a nosotros tu mirada.

Consuela nuestras almas, ruega por tus hijos pecadores, por las almas del purgatorio, y por todos los enfermos, consiguiéndoles la salud o la resignación cristiana.

Guárdanos bajo tu manto, protégenos del enemigo y por amor a tu Divino hijo, obtennos la eterna salvación y la gracia que humildemente pido.

(PÍDASE LA GRACIA QUE SE DESEA)

Se hace un ofrecimiento libre que puede ser un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Pero para el Franciscano es perefente hacer alguna pequeña obra de caridad como obsequio a la Virgen.

JACULATORIA

¡Reina de los Ángeles, Ruega por nosotros! Amén.

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