Novena a Nra Sra de los Angeles dia 4


INVOCACIÓN

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno que acuda a tu protección, implorado tu socorro y reclamado tu asistencia haya sido abandonado. Con esta confianza a ti nos dirijimos, oh Virgen de las vírgenes; y gimiendo bajo el peso de nuestros pecados, nos postramos a tus pies. Oh Madre del Verbo, no desprecies nuestras súplicas, antes bien escúchalas y acógelas benignamente. Amén.

ORACIÓN INICIAL

Oh Soberana Reina de los Ángeles, Madre amorosa de la Familia Franciscana que te dignaste en interceder para que San Francisco obtuviera la Indulgencia Plenaria de la Porciúncula, te damos gracias por este y por todos los innumerables beneficios recibidos por tu intercesión poderosa y te suplicamos que nos protejas en todos los momentos de nuestra vida, sobre todo cuando nos aflijan las preocupaciones; a esa hora, Oh Virgen y Madre de Dios, socórrenos desde el cielo con amor de Madre y con esplendidez de Reina. Vela por los hijos de San Francisco, Oh Reina Soberana de los Ángeles por amor a Cristo, Nuestro Señor. AMEN.

DIA CUARTO

Dulce Reina de los Ángeles, mediante tu santidad,  concédenos tu amorosa protección en la lucha incesante que nos presenta el demonio con sus acechanzas.

Mira, o Madre cariñosa, como el maligno nos halaga con toda clase de incentivos, nos hace terribles sugerencias y acaricia diariamente nuestras pasiones para hacernos caer en el pecado. Reina nuestra, esperanza, y refugio seguro, se fuerza condúcenos a la victoria.

Conforta a tus hijitos Franciscanos con la asistencia de los ángeles, para que superemos todas las dificultades espirituales. Nosotros eternamente alabaremos tu bondad y tu misericordia.

ORACIÓN FINAL

¡Oh Gloriosa Santa María de los Ángeles! Madre de Dios y Madre nestra, a ti acudimos con toda confianza pidiendo que nos escuches. Desde tu trono, tierna Madre, rodeada de  Ángeles baja a nosotros tu mirada.

Consuela nuestras almas, ruega por tus hijos pecadores, por las almas del purgatorio, y por todos los enfermos, consiguiéndoles la salud o la resignación cristiana.

Guárdanos bajo tu manto, protégenos del enemigo y por amor a tu Divino hijo, obtennos la eterna salvación y la gracia que humildemente pido.

(PÍDASE LA GRACIA QUE SE DESEA)

Se hace un ofrecimiento libre que puede ser un Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Pero para el Franciscano es perefente hacer alguna pequeña obra de caridad como obsequio a la Virgen.

JACULATORIA

¡Reina de los Ángeles, Ruega por nosotros! Amén.

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